Como si se tratase de una película de suspense e intriga, nuestros alumnos de ciencias de 1º de bachillerato junto con sus profesores de Química y profesionales de la facultad de Química de Navarra actuaron como “investigadores y forenses” en una simulación de un crimen: “analizaron la escena, recogieron las pruebas y resolvieron el misterio”.
La emoción y la excitación entre ellos se palpaba en todo momento, sobre todo cuando tuvieron que aplicar sus conocimientos aprendidos en química al campo forense:
Revelaron huellas dactilares latentes pulverizando carbón activo.
Buscaron la presencia de huellas usando la técnica del revelado de vapores de yodo elemental. Este se unió con secreciones de las glándulas sudoríparas y sebáceas de la piel.
Analizaron las reacciones químicas en cadena que tuvo lugar entre el nitrato de plata y los iones cloruro, de las sales del sudor. El sólido blanco de cloruro de plata que se obtuvo se expuso a luz ultravioleta y se descompuso en plata metálica y cloro gaseoso. Nuestros alumnos comprobaron que el color gris de la plata hizo visible las crestas de las huellas.
Investigaron la presencia de sangre al simularlo con ferricianuro de potasio y hacerlo reaccionar con peróxido de hidrógeno y luminol. Fue emocionante cuando, al apagar las luces, todos vieron entusiasmados la luminiscencia emitida.
Aprendieron cómo detectar sustancias tóxicas como: metanfetaminas, cocaína, heroína, loperamida, etc mediante técnicas de cromatografía, patrones y base de datos.
Nuestros alumnos muy motivados comprendieron, vieron y vivieron la Química en su máxima esencia en el desarrollo de técnicas policiales y forenses.
Es tan grande su potencial que todo lo que nos rodea es controlable, analizable y medible mediante las múltiples disciplinas de la misma.
Recuérdeme
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