Málaga ha estado presente, en el encuentro y convivencia entre premonitores y monitores de la Asunción de toda España.
Momentos intensos, risas compartidas y, sobre todo, una recarga de energía en Jesús para seguir adelante con el proyecto de María Eugenia en nuestras realidades.
En nuestra formación, a través de reflexiones, dinámicas, juegos y momentos de oración, descubrimos que ser premonitores no es solo un entretenimiento, es un verdadero compromiso. Aprendimos que la misión no se vive en solitario, sino en comunidad, apoyándonos unos a otros para crecer y dar lo mejor de nosotros mismos.
Estos días nos han recordado que la verdadera fuerza está en servir, en ser guías entregados y en transmitir a los niños no solo habilidades o conocimientos, sino el amor y la alegría que nacen de una vida en comunidad.
Nos vamos de Riofrío con el corazón lleno, con nuevos amigos, experiencias imborrables y, sobre todo, con el deseo de seguir construyendo el mundo que soñamos, uno donde reine la solidaridad, la fe y el entusiasmo por ser luz en el camino de otros.
Recuérdeme
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